
Las 8.132 ciudades y pueblos españoles tienen el reto de acabar con sus emisiones de dióxido de carbono (CO₂), el principal gas de efecto invernadero. Al ralentí o a gran velocidad según la ambición de sus alcaldes, la mayoría de municipios retrasan las inversiones verdes, pero otros apuestan por alcanzar cuanto antes la neutralidad climática. En este ramillete sobresalen cuatro grandes ciudades: Barcelona, Vitoria, Zaragoza y Valladolid, que hace tres años se comprometieron con la Comisión Europea a alcanzar en 2030 el objetivo cero emisiones. También lo hicieron Madrid, Valencia y Sevilla, pero su velocidad para atajar los gases de efecto invernadero es más lenta o incierta.


