
La Comisión Europea ve los flujos de migrantes que llegan por la frontera este, con la ayuda de Rusia y Bielorrusia, como una amenaza no solo para los países fronterizos del este, sino para toda la UE. En un paso más en la senda de endurecimiento sobre la migración, Bruselas avala que los países afectados suspendan el derecho al asilo y también que efectúen las llamadas devoluciones en caliente, siempre que sea de forma extraordinaria —criterios y condiciones que no define— y limitada en el tiempo. El Ejecutivo comunitario ha clarificado su posición sobre el refuerzo de las fronteras y la seguridad respecto a la guerra híbrida del Kremlin, en una comunicación hecha pública este miércoles en Bruselas, que planea un nuevo paquete de 170 millones de euros para ayudar a los países del flanco oriental a mejorar sus tecnologías para blindar sus lindes.