
No hay paz en Culiacán. Cinco cadáveres abandonados en la mañana de este martes frente a la Universidad de Sinaloa (UAS) lo atestiguan. Los cuerpos estaban maniatados, descalzos, con agujeros de balas, tirados entre los árboles frente a la escuela de Agronomía, en la carretera que une Culiacán y Eldorado. Uno de ellos estaba desnudo, amarrado por los pies y con una bolsa negra sobre la cabeza. Los últimos asesinados en la guerra interna por el control del Cártel de Sinaloa que aterra la ciudad desde el 9 de septiembre.