
“Si volviera a nacer escogería ser tejedora”, dice, orgullosa, María Concepción Iguarán (Uribia, 67 años), conocida como la maestra Conchita, célebre por su chinchorro doble cara. Ha dedicado su vida a desenredar los secretos de los tejidos del pueblo wayúu para poder compartirlos, un oficio que le ha valido el apetito de compradores de todo el mundo por la maestría y estética de sus obras. Con su marca, Conchita Iguarán, en la que trabajan artesanas y artesanos de distintas comunidades wayúu, sus piezas han brillado en pasarelas de moda internacionales y en mercados de Europa y Asia, tanto que durante la pandemia decenas de familias tejedoras pudieron seguir teniendo ingresos gracias a las ventas por internet de su tienda.