Olmes Alonso quiere heredarles una tierra productiva a sus hijos para que, después de estudiar, no se queden “lamiendo paredes”, como se refiere a la idea de que las nuevas generaciones abandonen sus bosques para mudarse a la ciudad. Esa es una de las motivaciones del presidente de Coomagua, la Cooperativa Multiactiva Familias del Chiribiquete, en el corregimiento de El Capricho, Guaviare, así como de las 97 familias campesinas que la conforman. Su propósito es doble: hacer productivos dos frutos exóticos, el seje y el açaí –de los que esperan cosechar 2.000 toneladas anuales–, y salvaguardar la Amazonía, el tesoro natural más importante de la humanidad.