El acceso a la educación es el primer paso para alcanzar la igualdad de oportunidades. En Estados Unidos, una gran cantidad de migrantes sueñan con estudiar, pero financiar una carrera universitaria sin una beca es prácticamente imposible para muchos de ellos. El costo de estudiar en una universidad estadounidense, especialmente para aquellos que no son ciudadanos, representa una barrera difícil de superar, ya que las matrículas en universidades públicas para estudiantes internacionales oscilan entre 25.000 y 40.000 dólares anuales, mientras que para estudiantes nacionales pueden ser más bajas, generalmente entre 10.000 y 30.000 al año.
