Semanas extenuantes con un solo día libre, trabajando como internas al cuidado de ancianos dependientes o realizando labores del hogar. Sin derecho a vacaciones, sin cobertura sanitaria o de accidentes y con apenas dos horas diarias consecutivas para descansar. En estas condiciones trabajaban las más de 185 víctimas de una organización criminal que, bajo el paraguas de una empresa ficticia, se aprovechaba de inmigrantes en situación irregular para ofrecer servicios de cuidados a personas dependientes y de limpieza en la isla de Mallorca. Cinco personas han sido detenidas acusadas de presuntos delitos de explotación laboral, falsedad documental y favorecimiento de la inmigración irregular, aunque el cabecilla de la trama, un hombre de nacionalidad española de 30 años, permanece en paradero desconocido desde que se enteró de que estaba siendo investigado hace unas semanas.