Un gol de Shomurodov en el último segundo puso en ventaja a la Roma frente al Athletic, que tendrá que remontar en San Mamés el 2-1 en contra inesperado ya, cuando el minutero había superado la prolongación. Jugaban los bilbaínos con diez, por la expulsión de Yeray unos minutos antes después de ver la segunda tarjeta amarilla. En una primera parte de pierna fuerte y muchas precauciones, el fútbol no apareció demasiado sobre el césped del Olímpico de Roma. Lo ponía Dybala en el equipo romano, y a veces Galarreta en el Athletic, pero la desconfianza era total en los dos bandos, que preferían no arriesgar, así que los porteros apenas tuvieron trabajo. Después de que Mancini le dejara un par de recados a Maroan, en los que el árbitro contemporizó, la neutralidad suiza del colegiado se desvió un tanto en el reparto de tarjetas. Se fue el equipo bilbaíno al descanso con tres en la mochila, y ninguna vio la Roma, que llegó dos veces con peligro al área de Agirrezabala. La primera acabó en desgracia para el Athletic, porque la carrera de Dovbnyk con Vivian acabó en resbalón del ucranio y en lesión del vitoriano, que se tuvo que retirar, sustituido por Paredes.
