El Gobierno está aprovechando la crisis política en la Comunidad Valenciana para dibujar a un PP completamente entregado a Vox, cada vez más atrapado en sus acuerdos con la ultraderecha, de la que depende en estas y otras comunidades y, según las encuestas, ese vínculo irá a más porque el partido de Santiago Abascal tiende a subir en apoyos y el de Alberto Núñez Feijóo a bajar o mantenerse.
