
En una economía tan estacional como la española, a no ser que haya eventos disruptivos como una pandemia o un colapso como el de 2008, el comportamiento de la afiliación a la Seguridad Social y del paro registrado riman cada mes. Y noviembre, con la temporada turística veraniega completamente agotada y a la espera de la Navidad, no suele ser un buen mes para el mercado laboral. Así, España perdió en noviembre 30.050 empleos, hasta dejar la afiliación media en 21.302.463 trabajadores, el mayor bajón en el undécimo mes desde 2019. El retroceso se centra en la hostelería, un sector en el que se perdieron 120.000 empleos respecto a octubre, lo que también se nota en la desagregación por territorios: la ocupación solo cae con fuerza en Baleares, una región de monocultivo turístico. Los datos son algo mejores en paro registrado, con un retroceso de 16.036 personas. Pero es una caída leve, peor que la de los tres últimos años, de la mano de un dato positivo: el total de parados en noviembre es el menor desde 2007, antes de la Gran Recesión. En la misma línea, la cifra de ocupados es la más alta que se haya registrado nunca en un mes de noviembre.