
La clave parecía gallega, pero en realidad no. Alberto Núñez Feijóo ha aprovechado el aniversario de la primera mayoría absoluta en unas gallegas de su sucesor en la Xunta, Alfonso Rueda, para intentar marcar perfil propio en política internacional frente a los partidos con los que colinda a derecha e izquierda. A cuenta de las últimas decisiones de Donald Trump, que ha impuestos aranceles que descabalan buena parte de las preconcepciones liberales de Occidente y avanzando unas negociaciones con Rusia sobre la guerra de Ucrania que menoscaban el papel de la UE —y de la propia Ucrania— en la resolución del conflicto, el líder del PP ha vuelto a su tierra para asegurar que él no es del PSOE ni de Vox tampoco en su posición frente al americano, a quien apenas, más allá de alguna mención tangencial, se ha referido hasta ahora. “No voy a ser ni de los que faltan al respeto a los presidentes de países democráticos ni de los que callan cuando nuestros sectores productivos están en riesgo”, ha proseguido en un discurso en su mayor parte en castellano. “No soy como el PSOE o Vox: ni insulto al presidente de los Estados Unidos ni soy cómplice de algunas de sus decisiones que no compartimos”, ha insistido, sin mencionar ninguna.