La ofensiva de la Administración Trump contra los migrantes indocumentados también incluye a los niños que llegaron solos al país como uno de sus objetivos de deportación. Mientras desde el Gobierno se afirma que la prioridad de su campaña es expulsar a los delincuentes, las directrices que llegan desde el Ejecutivo contradicen su discurso. Según un memorando obtenido por la agencia Reuters, los agentes de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) deberán seguir el rastro de los menores no acompañados para determinar si se les cita en los tribunales o si se les deporta, en caso de que reciban una orden de expulsión.
