
Todavía resonaban en la Audiencia Provincial de A Coruña los insultos de la manada de homófobos descerebrados que acabaron con la vida de Samuel Luiz cuando otro grupo de homófobos descerebrados se paseó impune por el Senado. De “cacería inhumana y brutal” habló la fiscalía en el juicio. Samuel solo hablaba por teléfono cuando una turba lo persiguió, acorraló y mató a golpes al grito de “maricón de mierda”. Ni una semana después de que los declaran culpables, descubrimos en la lista de asistentes a un evento organizado en el Senado, el órgano constitucional que representa al pueblo español, pero se ve que no a todo, a un tipo que considera que los homosexuales somos “adoradores de Satán”. Que viendo lo que se avecina no nos vendría tan mal, toda ayuda va a ser poca. Durante una jornada, seres que ensucian la palabra político e incluso la palabra humano, lanzaron soflamas antiabortistas, antifeministas y homófobas disfrazándolas de “defensa de los derechos humanos”. El aquelarre recibió el pomposo nombre de VI Cumbre Transatlántica, para la libertad y la cultura de la vida. No sé qué palabra chirría más, ¿Libertad? ¿Cultura? ¿Vida?