Mientras miles de madrileños teñían de morado el corazón de Madrid por la celebración del 8M, un grupo de simpatizantes de la ultraderecha se dirigía al Palacio de la Moncloa para protestar contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez. El clamor feminista contra el retroceso de derechos que promueve la extrema derecha global no ha disuadido a los manifestantes de lanzar comentarios en contra de las mujeres, desconocer la desigualdad entre géneros y negar la violencia machista. Entre insultos, pitos y arengas han hecho del Día Internacional de la Mujer una fecha para reafirmar muchos de los postulados que los colectivos feministas luchan por erradicar.
