¿Te imaginas que algo tan básico como comer sea siempre un problema? De repente, enfrentarte a menús sin lactosa: adiós al queso, a la leche, al yogur. Obligatorio. Lo mismo pasa con los celíacos: miles de personas que son diagnosticadas y de un día para otro tienen que empezar a buscar alternativas sin gluten. Las intolerancias a la mesa no hacen más que crecer, y la sociedad española no puede quedarse atrás en la adaptación de sus cartas.