Andreu Mas-Colell, exconsejero catalán, bautizó como “la cuarta consejería” al pago de los intereses de la deuda. La crisis financiera, que amenazó incluso la supervivencia del euro, recorrió todas las arterias del sector público hasta llegar a las comunidades, que gestionan los grandes pilares del Estado del bienestar. Los gobiernos autonómicos, acostumbrados a una época de bonanza por los ingresos del ladrillo, vieron cómo la bola de nieve de la deuda crecía y los intereses se disparaban. El resultado fue un lustro de continuos recortes de los servicios públicos para lograr los recursos necesarios para alimentar esa “cuarta consejería” que surgía en varias comunidades. Los mercados, ante el deterioro de su solvencia, daban la espalda a la mayoría de esas haciendas, que recurrieron a los mecanismos de deuda desplegados por el Estado.
