
El reciente anuncio de la Comunidad de Madrid sobre el Plan Estratégico 2025-2030 de Canal de Isabel II, que contempla una inversión superior a 2.000 millones de euros para mejorar la calidad del servicio de agua, ha suscitado sorpresa y preocupación entre los ciudadanos, sobre todo por la subida tarifaria que supone un 3 % anual hasta 2030. Aunque la inversión podría ser necesaria, pues el agua es un recurso esencial, la falta de transparencia y diálogo en su formulación y ejecución plantea serias dudas sobre su justificación y eficacia.
