Internet y los bulos hacen mejor pareja que las croquetas y el jamón: allá donde haya un contenido llamativo, entretenido y fácil de entender, habrá miles de personas compartiéndolo sin poner en duda su veracidad y esparciéndolo como la pólvora. Y la gastronomía —tan cercana, tan nuestra y tan presente en el día a día—, en esto de los mitos y leyendas, merece una mención de honor.