A veces las frases más manidas resultan imprescindibles para describir una realidad. En Irlanda, finalizado el largo recuento de votos después de las elecciones generales celebradas el pasado viernes 29 de noviembre, todo ha cambiado para que todo siga igual. Los dos partidos históricos que han gobernado el país durante los últimos cuatro años, el Fianna Fail (FF) y el Fine Gael (FG), se disponen a emprender una negociación para repetir coalición. Pero sus respectivas posiciones de fuerza han variado drásticamente.