
La frase con la que titulo el artículo es de Jean Monnet, impulsor de la integración europea. Hace poco, concedieron el Nobel de Economía a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson por sus trabajos sobre cómo se forman las instituciones y cómo afectan a la prosperidad. Acemoglu y Robinson son los coautores del libro Por qué fracasan los países, en el que mantienen la tesis de que su prosperidad depende de sus instituciones. Pese a las críticas, que la acusan de planteamientos eurocéntricos, teorías antihispanas y falta de rigor en la definición de conceptos importantes para su hipótesis, la obra resulta muy sugerente. Es difícil negar la relación entre las instituciones y la economía. Los autores mantienen que “la democracia verdadera, genuina e inclusiva importa, muy claramente” y señalan que “hemos detectado que las economías que se democratizan desde un régimen no democrático crecen más rápidamente”.