Los jueces de Barcelona llevan tiempo exigiendo más recursos para combatir la multirreincidencia, un fenómeno delictivo que genera alarma social (la inseguridad ha escalado hasta la tercera posición en los problemas de los catalanes, según las encuestas) y que la Generalitat de Salvador Illa ha convertido en prioridad. Pero combatirla resulta casi imposible si, como ahora, los órganos judiciales están colapsados. Por eso los magistrados han recibido con buenos ojos el anuncio del Gobierno de crear cinco nuevos juzgados en Barcelona. “No necesitábamos tantas reformas legislativas que no servían de casi nada, sino esto, más medios”, explica una veterana magistrada de la capital catalana, donde la saturación es insoportable: cada vez hay más robos y detenciones y los juzgados no dan abasto para dictar sentencias que, eventualmente, retiren de la circulación a estos delincuentes habituales. Los jueces lamentan que la mayoría de órganos sean temporales y no fijos y plantean interrogantes sobre su puesta en funcionamiento.