
La cuarta rebaja de tipos de interés en seis meses es una secuencia notable. Cierto que todas han sido minimalistas, de un 0,25%. Y que muchos esperaban –con razones, cuando flojea la coyuntura de la eurozona– un signo todavía más fuerte, un 0,50%. Estaban más bien a favor consejeros del BCE del grupo de los palomas, sensatos como el portugués Mário Centeno, y halcones moderados como el letón Martins Kazaks.