Las operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A, por su acrónimo inglés) han presentado una baja actividad en los últimos años a nivel global, situándose en el trienio 2022-2024 en mínimos de los últimos 30 años en relación con el PIB mundial. Un difícil contexto económico por el entorno inflacionario, el retraso de la recuperación del impacto de la pandemia en algunos sectores, los altos tipos de interés, las disrupciones en las cadenas de suministro y las tensiones geopolíticas han configurado un escenario claramente desfavorable para las transacciones corporativas.
