En Las Merindades, una comarca periférica situada al norte de Burgos, hay más de 360 núcleos de población en un paisaje modelado por la cordillera Cantábrica y el río Ebro. Su ubicación remota y una climatología especialmente adversa en invierno provocan una gran itinerancia del profesorado (una problemática aún más acentuada en las escuelas de menor dotación) y, como consecuencia, un menor número de vocaciones científicas. Pero allí hay también niñas involucradas en un proyecto internacional para construir un satélite lunar; jóvenes que diseñan cápsulas que se mandan a la estratosfera; niños de tres, cuatro y cinco años descubriendo la relación de las matemáticas con la naturaleza; y mucho más, gracias a la Escuela de Pequeñ@s Científic@s Espiciencia, una iniciativa surgida en el pueblo de Espinosa de los Monteros en 2010 y que trabaja con un centenar de alumnos entre tres y 20 años de edad.
