
El 11 de julio de 2024, el aún panista Miguel Ángel Yunes Márquez le dijo a la prensa: “Tienen miedo de que yo sea senador porque saben que soy un opositor implacable, que a mí no me compran, que a mí no me presionan. Morena está a solo dos votos para poder lograr la mayoría calificada y así cambiar la Constitución, sin mí, solo les faltaría un voto”. Eran tiempos donde acusaba una persecución política del partido en el poder, una semana antes, el juez Oscar Lozada Hernández concedía a la Fiscalía de Veracruz una orden de aprehensión en contra de Yunes Márquez, por haber presentado documentación falsa sobre su residencia para conseguir la candidatura a la alcaldía de Veracruz, en 2021; así como por mentir a la autoridad y por fraude procesal. Esa fiscalía incluso solicitó a Interpol una ficha para buscarlo, al considerarlo prófugo. En ese momento Yunes ya era senador electo por el PAN, desde Estados Unidos negó ser un prófugo y aseguró que el delito por el que se le perseguía no tenía sustento, pues en 2021 el tribunal electoral le validó el comprobante de domicilio como auténtico y que solo le retiraron la candidatura porque no cumplía con los tres años de residencia, solo con dos. Una semana después, el 18 de julio, una jueza federal le otorgó una suspensión provisional para frenar temporalmente la orden de captura y la búsqueda internacional derivada de la ficha roja.